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Sobre mi formación

Licenciada en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid.

Especialista en Psiquiatría vía MIR en Madrid.

Subespecializada en Psiquiatría infanto-juvenil.

Formación específica en Perinatalidad y bebés.

Formación en Psicoterapia de orientación psicodinámica. 

Experiencia en Servicios Públicos y Privados.

Experiencia y formación en España y Extranjero (Reino Unido, EEUU, Francia, Suiza).

Formación continua.

Idiomas: Español, Francés, Inglés.

Actividad como docente en Universidades de Madrid.

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Lo que pretendo ofrecer es la ayuda en la construcción o reconstrucción de unos pilares sólidos en cada persona, lo que no se consigue de un golpe, sino con un esfuerzo y trabajo entre ambos.

De esta manera, la solidez que se consiga, permitirá la consolidación de esa fortaleza a largo plazo y una mejor calidad de vida en el futuro en consecuencia. Permitiendo nuevas herramientas y estrategias para afrontar lo que nos traiga la vida. 

Cómo llegué hasta aquí...

Mi historia

Desde muy pequeñita, recuerdo mi curiosidad por el cuerpo humano, era seguidora de los dibujos de la serie “Erase una vez el cuerpo humano”, nunca me cansaba de verlo una y otra vez. Pienso que así llegué a elegir sumergirme en la carrera de Medicina.

A lo largo de los estudios de medicina, realicé prácticas en múltiples servicios y especialidades pero las que me dejaron marca fueron Neurología y Psiquiatría. Disfrutaba mucho con el contacto con este tipo de pacientes y sus patologías, cómo se realizaba el abordaje y se establecía la relación con ellos. Eso hizo que aumentara mi tiempo de prácticas en estos servicios, pudiendo realizar estancias en diferentes hospitales, incluso en el extranjero.

Finalmente elegí Psiquiatría, y lo hice por sentir la relación tan humana que se construye con el paciente. La medicina está organizada en especialidades y subespecialidades, de tal manera que cada una sabe, conoce y trata algo muy específico. Así uno se ocupa de la diabetes, otro de la fractura de fémur, otro del asma. Pero la psiquiatría permite recoger y trabajar con todo, porque todo forma parte de esa persona: sus vivencias, su diabetes, su fémur, su accidente cuando se lo fracturó, su trabajo, sus preocupaciones,… Evidentemente no nos ocupamos de tratar la fractura o el nivel de glucemia, pero nos ocupamos de cómo vive, siente y piensa esa persona, y todo ello influye. En psiquiatría no exploramos la tripa o la garganta, pero la persona que consulta, comparte mucha más intimidad. Y eso hace que la relación sea mucho más delicada.

Desde que inicié mi formación en Psiquiatría, he disfrutado de cada unidad por donde me he formado, pasando por unidades de hospitalización, recursos rehabilitadores, consultas en ambulatorios, adultos, niños, etc. Pero fue en un momento dado, cuando me di cuenta de que para entender a las personas hay que entender cómo llegan a ser, cómo se construyen, cuál es su historia; y eso me hizo investigar y volcar mi curiosidad en el nacimiento de una persona. Ahí fue donde empecé mi formación teórica y práctica en niños y adolescentes, y más aún en, futuros padres, embarazadas y bebés. Y tuve la suerte de poder formarme en unidades nacionales y extranjeras con servicios específicos de psiquiatría mamá-bebé, donde pude empezar a entender la importancia de las primeras relaciones en el futuro de una persona.

De ahí hace años ya, pero sigo en constante formación y práctica clínica, porque tengo delante un océano por descubrir que me impulsa a seguir creciendo. Así escucho a mis pacientes y les ofrezco ayuda desde mi experiencia, donde poder pensar, crecer y fortalecerse.

En todo este recorrido he dirigido mi formación hacia el camino de la psicoterapia, y en particular, de la teoría psicodinámica, originada en el psicoanálisis. De ahí, surge la idea de formación basada en tres pilares fundamentales: la formación teórica, la formación práctica supervisada y la formación mediante la propia experiencia personal de psicoterapia. Así, recorro este camino, pues me parece fundamental contar con conocimientos teóricos clínicos, terapéuticos; pero también contar con práctica de trabajo clínico con pacientes supervisando con profesionales más experienciados y de reconocida formación; así como tener mi propia experiencia en el curso de un tratamiento psicoterapéutico como paciente, lo que me ayuda como persona y como profesional, aportándome herramientas para conocerme y fortalecerme y poder ofrecerlo a mis pacientes conociendo este otro lugar.

De esta manera sigo mi camino por este gran océano, con la ilusión que de niña surgió y que sigue creciendo: la de poder ayudar.

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